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Deshabitar


Deshabitar
La Memoria de los Objetos


Entrar en una casa deshabitada, levantar las persianas medio rotas dejando que entre la luz en las habitaciones donde quedan todavía las pertenencias de sus moradores.
Es entonces cuando se hace notar el polvo negro que lo cubre todo y se es consciente del silencio que reina entre las paredes roto únicamente por los sonidos procedentes del exterior.
Es allí, en ese momento, donde uno se enfrenta a los ecos de las vidas que por allí pasaron.
Todo ello provoca reflexiones acerca de lo que acumulamos a lo largo de la vida, vibraciones en la mente que provocan la creación de imágenes sugerentes con esa elegancia propia de la decadencia.
Ropas, objetos de diversos tipos y usos, adornos, cuadros, etc., se despojan de la vitalidad que les confiere el uso diario. Objetos que han tenido su utilidad específica aparecen aquí como bodegones y naturalezas muertas espontáneas, provenientes de otra época, cual almacén de anticuario, referentes de la memoria, ofreciendo una visión, por una parte llena de nostalgia de tiempos pasados y por otra, la imagen en mente de aquellos objetos en las manos y en el uso de sus legítimos dueños con la utilidad que para ellos tenían, desde el más profundo respeto hacia su persona.
El hombre tiene y se rodea desde siempre de pertenencias que le hacen la vida más fácil y más agradable. Cada época es diferente. Se quiere dejar aquí constancia de la evolución en el tiempo, modas, corrientes, tendencias…… en la sociedad de consumo, que tienen su influencia a la hora de la elección.
Este trabajo es parte de un estudio más amplio sobre habitar y deshabitar y la consecuencia final tantas veces real, del abandono, tanto urbano como rural que reflejo en otras series actualmente en progreso.















































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